1. Madre
Caridad, te agradezco de todo corazón por haber detenido la enfermedad que
estaba en mi cuerpo dañando mi piel y dejándome sin mi cabello (síndrome de
Coushing) que se estaba desarrollando en mi cuerpo. Agradezco que por
intercesión suya a Dios, fui sanada y cada día me encuentro más sana y mi
cuerpo ya no sigue sufriendo las consecuencias de la enfermedad. De todo
corazón gracias y que las personas continúen teniendo fe en tu poder. Y quiero
darte gracias por haber permitido una pronta recuperación de una cirugía que me
realizaron. Atte, ELIZABETH NARVÁEZ
2. Estando
muy enferma con una infección renal, le ofrecí a la Madre Caridad una misa y
contar este favor: Cuando me remitieron al nefrólogo con nuevos exámenes, la
infección había desaparecido. Gracias Madre Caridad. Atte. Olga Muñoz. Julio 22
del 2012
3. Cuando
empecé el noviciado en 1959, en forma muy superficial conocí a la Madre
Caridad. Empecé a sentir cariño por ella y cuando pasaba por algún lugar donde
estaba la foto enmarcada, yo la invocaba. Un día me dio un dolor terrible en el
brazo izquierdo. Tuve miedo de decir a la maestra porque pensaba que con esto
me despedían a la casa. Tome una estampa de la Madre Caridad y en la hora de
adoración la puse en el lado del dolor. Poco a poco fue desapareciendo
totalmente. Así seguí aumentando poco a poco mi fe en ella. (Hna. Martha Isabel
Rivera).
4. Estaba
en la misión en el Chocó en un lugar de infinidad de dificultades para realizar
el apostolado. Un día al pasar una de las pangas(botes) de grupos al margen de
la ley, lo hacían con tanta velocidad que afectaban en muchas formas a la gente
pobre de ese lugar. En una ocasión en una de esas golpeadas del agua, un niño de
10 años, quedó con un dedo colgando de un pedacito de su piel. Estábamos tan
mal, que no teníamos ni isodine para echarle. Le amarré el dedo, se lo junté lo
mejor que pude. Se lo amarré con un pañuelo. A los ocho días lo llevé a Rio Sucio,
el pueblo más cercano. Cuando el médico lo recibió dijo: para qué lo trae? Qué
tiene?. Le conté todo lo sucedido y el médico respondió que si eso era cierto
era un milagro. Cómo no le dio una gangrena.? El dedo estaba como si hubiese
sido operado y con la mejor atención.
5. Otro
día se ahogó una niña de dos años en el Chocó. En el terreno inundado vieron
flotar a la niña. La gente gritaba:!se ahogó la hija de Gloria! Me buscaron y
cuando fui, miré que la tiraban hacia arriba. Les pedí que no la maltrataran y
con la ayuda de un joven, la llevé a nuestra casa y sin que nadie entrara, la
tendí en la cama y empecé a orar a la Madre Caridad, pasando la estampa de la
Beata sobre su cuerpo. De pronto movió el labio y con mayor fe, seguí pidiendo
a la Madre este favor. Se recuperó, volvió a la vida, le di leche caliente con
milo y se la entregué a su mamá. Hoy es una negrita preciosa que está
estudiando.
6.
Mientras estuvimos en Curbaradó (Chocó),
hubo muchas tomas por parte de paramilitares y muchas hostigaciones. Tuvimos
que salir de allí porque se apoderaron de nuestra casita. A la orilla del Río
Atrato, hacia arriba, había un campamento de guerrilla y hacia abajo un
campamento de los Paras. No nos podíamos mover, estábamos sitiadas por las dos
salidas. El 29 de Abril, les dije a las Hermanas, no sé por qué, mañana
salimos. Alguien tenía escondida la gasolina para el viaje de las Hermanas.
Cuando de lejos miré al grupo guerrillero, tomé la estampa de la Madre Caridad,
y apretándola fuertemente, le pedí, que fuéramos invisibles, pues la sentencia
era, que nadie se podía mover de Curbaradó. Ellos limpiaban las armas. Pasamos
muy cerca de ellos y con la bulla que hace un motor del bote, ni modo de decir
que no nos oyeron. Pasamos y llegamos a Río Sucio, en donde nos recibieron los
padres Claretianos, quienes nos celebraron la vida. Los del pueblo de
Curbaradó, viendo que nosotros pudimos pasar, organizaron una panga (como
barca), la llenaron de toda la gente que quería salir y al pasar, los
detuvieron. Ellos reclamaron arguyendo que por qué a las Hnas. las dejaron
pasar, y ellos respondieron: “por aquí no ha pasado nadie” Doy testimonio: Hna. Martha Isabel Rivera, religiosa
Franciscana de María Inmaculada.
7.
Quiero manifestar de forma clara y resumida los
hechos presentados con mi hijo Juan José Muñoz Chacua, quien el pasado 14 de
Diciembre cumplió ya dos añitos de edad. Los hechos se presentaron en la Ciudad
de Medellín, en la Calle 28 Nro. 84-195 Bloque 18 Apartamento 328, Quinto Piso,
sin ascensor.
El día 24 de Octubre del presente año, siendo
aproximadamente las 11:00 horas, encontrándome en mi casa junto a mis tres
hijos; Daniel Felipe de 10 años de Edad, Luis Alejandro de 5 años de Edad y
Juan José que para la Fecha tenía 22 meses de Edad y, realizando mis labores
propias del hogar, almuerzo, aseo, arreglo de ropa; tuve la necesidad de sacar
al muro que su ubica frente a la puerta de ingreso al apartamento, un acolchado
grande, aprovechando que el sol estaba llegando hacia ese sector, para lo cual
abrí la puerta, y mientras tendía y organizaba el edredón, escuche un sonido
similar al de un coco al caer de una palmera; no pensé lo peor porque supuse
que mis niños se encotraban mirando la televisión, a excepción de Luis
Alejandro que se encontraba pintando en el comedor junto a la cocina; al
darme vuelta por el ruido que escuche, mire a Luis que había salido del
apartamento y en un gesto de preocupación, susto y queriendo llorar, casi sin
poder hablar: "Mmm Mamá Mmm Mamá mi hermanito se cayó al piso",
yo le pregunté que cómo así, si Juan José estaba con Daniel mirando la
TV, Luis me dijo el salió corriendo y no lo pude alcanzar y se cayó.
El punto de caída del Niño se dió desde el quinto piso donde se ubica el
apartamento hasta el primer piso cayendo sobre la baldosa normal y por el
vacío que deja los pasamanos, ya que son solamente dos tubos y por ahí tan sólo
con agacharce un poco Juan José alcanza a pasar. Al asomarme para
observar, no lo miro y le grito a Daniel qué pasó con Juan José, él me
dice que no sabe, Luis dice se cayó mamá y en eso Daniel baja saltando las
gradas al igual que yo a buscar a Juan que ya escuchábamos que se quejaba y
lloraba de forma débil. Al llegar al primer piso, lo encontramos sobre el
descanso muy cerca de la puerta de entrada al apartamento de este piso, con un
charco de sangre a su alrededor y totalmente desgonzado; no supe que hacer,
simplemente Daniel Felipe medio lo sentó, me lo entregó y me
dicen ya algunos vecinos váyase al hospital, subí nuevamente al Quinto
Piso por dinero para el taxi, llamé a portería pidiendo que me ingresaran un
taxi y traté de limpiarle con agua la sangre pero era difícil porque salía
mucha y como con burbujas, baje de inmediato la gente, vecinos y curiosos
estaban asombrados y conmovidos por lo sucedido. De forma rápida elseñor del
taxi me llevó al Hospital más cercano, la Clínica Las Américas, la cual se
ubica en la Diagonal 75 B Nro. 2 A - 80, ingresé por la parte de Urgencias, me
lo recibieron de inmediato y empezaron labores de reanimación; en ese momento
Juan José Convulsionó. El parte médico en primera instancia no era alentador,
mi esposo, quien se encontraba trabajando, llegó de inmediato y logró hablar
para dar datos y preguntar la situación de nuestro niño al médico que lo
recibió. Este Doctor le dijo que el Niño estaba demasiado grave, que muy
posiblemente tenía fracturado el cráneo, que tiene una herida abierta, que
inclusive pudo expulsar masa encefálica debido a lo duro del golpe y que lo
peor es que haya convulsionado, aunque mejor que esto último ocurrió
en la Clínica; lo peor que pudiera ocurrir era de que Juan podía
fallecer. Mi esposo salió desconsolado de donde el Doctor y fué allí
donde empezamos a dar la noticia a nuestros familiares de lo ocurrido; en
especial a la Tía de mi Esposo, la Hermana Alba Cecilia Muñoz Benavides, quien
hace parte de la Comunidad de Hermanas Franciscanas para que se inicie una
cadena de oración fuerte entre todos liderada por ella, en especial para que
por intercesión de la Beata Madre Caridad Brader nuestro niño salga
adelante y siga con vida. En contados minutos, en compañía mía a
Juan José lo llevaron a un examen de la Cabecita, una Tomografía o Placa para
determinar la lesión, fracturas, hematomas que pudiera tener; durante el exámen
el Niño vomito mucho, y quedamos a la espera del resultado, a fin de determinar
si pasaba a cirugía. Fué tan grande el acompañamiento, las oraciones y
súplicas realizadas que a Juan José no le tuvieron que realizar Cirugía en su
cabeza; pero tenía fractura de cráneo, hematoma interno, determinando los médicos
que harían otra tomografía de control horas después y observar si el hematoma
crece y mirar la posibilidad de una cirugía en su cabeza. El Niño pasó
entonces a la Unidad de Cuidados Intensivos, fue entubado en sus pulmones, con
tres cateteres en su cuerpo para administración de líquidos y sangre, sonda
urinaria, oxígeno. Ya en la noche y ante la expectativa de los resultados
para determinar lo del hematoma, fuímos bendecidos al manifestarnos que el
Hematoma no había crecido y que por ende no había necesidad de realizarle
cirugía alguna. Posterior a ello y en la permanencia de la constante
oración, el Niño en los días siguientes que fueron 4, demostró una mejoría
notable e increíble en la UCI, donde el día Domingo 27 de Octubre en horas de
la tarde pasó a Hospitalización Normal y el día Miércoles 30 de Octubre fue
dado de alta. Esta increíble mejoría, recuperación y evolución médica de
Juan José se dió para comentarios acerca de la Fe tan grande que pusimos en
Dios, en la Virgen de las Lajas y en especial en la Beata Madre Caridad Brader,
Fundadora de las Hermanas Franciscanas; es así como hoy por hoy nuestro Niño
tiene una vida muy normal, nos parece mentira que esto haya sucesido con el,
porque es como si nada le hubiese pasado y agradecemos alta y grandemente a la
Beata Madre Caridad Brader por este milagro manifestado en Juan José. Los
Médicas, Doctoras y Enfermeras manifestaron cuando Juan ingresó que si salía
avante de esta caída duraría varias semanas o meses en la Uci y fueron tan sólo
4 días de cuidados intensivos y 4 días de hospitalización para demostrar que la
Fe es grande.
ELIZABETH CAROLINA CHACUA CORAL
C.C. Nro. 1085.260.924 de Pasto