Canción compuesta por la Hna. Constanza Bonilla, religiosa franciscana de María Inmaculada, en memoria del legado espiritual de la Madre Caridad.
¿MAESTRO...DÓNDE VIVES? VEN Y LO VERÁS...FUERON, VIERON Y SE QUEDARON CON ÉL (Jn 1,38-39)
Un grupo de Aspirantes a la vida Franciscana, comparten con alegría la bella aventura de seguir a Jesucristo. Unidas por el mismo ideal, realizan su formación en la Casa de San Francisco - Putumayo, con la orientación de la Hermana Janeth Ascuntar, su Maestra.
LA ALEGRÍA DEL EVANGELIO, FRENTE AL RIESGO DE UNA TRISTEZA INDIVIDUALISTA
"Pidamos al Señor que nos haga entender la ley del amor. ¡Qué bueno es tener esta ley! ¡Cuánto bien nos hace amarnos los unos a los otros en contra de todo! Sí, ¡en contra de todo! ¡No nos dejemos robar el ideal del amor fraterno!"(Evangeli Gaudiun # 101)
MIFRAMI
MISIONEROS FRANCISCANOS DE MARIA INMACULADA
Somos miembros del Movimiento MIFRAMI desde hace dos años, compartiendo con gozo la espiritualidad franciscana, desde la Oficina Madre Caridad en el Santuario Eucarístico de Maridíaz - Pasto. Nuestro objetivo es seguir a Cristo Pobre y Crucificado, viviendo nuestra vida cotidiana al estilo de San Francisco de Asís y la Madre Caridad Brader, desde nuestros hogares, Trabajo, etc.
SI TE QUIERES UNIR A NUESTRA FRATERNIDAD, CONTÁCTENOS: 3147069688
¿Qué significó para la Madre Caridad exhortar a sus HERMANAS
a que “Prueben la sopa de los pobres”?. Seguramente que no fue una frase
suelta; hacer una opción preferencial por la defensa de los pobres, es
exigencia del seguimiento de Cristo que se hizo pobre. Es amar a Cristo en el
pobre. Cada día, la Madre Caridad con sus Hermanas preparaban la sopa para repartir
a las grandes filas de pobres y necesitados que se acercaban al convento.
Quería
que fuera una sopa bien preparada, había
que probarla porque al mismo Cristo en el rostro del pobre, no se le podía
ofrecer alimento de cualquier manera, si El mismo se nos daba en alimento en la
Eucaristía.
Por eso decía a sus Hermanas: los pobres son la bendición de Dios.
Un Convento a donde no llegan los pobres, no tiene la bendición de Dios.
El Papa Francisco señaló que los
pobres son los maestros privilegiados de nuestro conocimiento de Dios, y con su
fragilidad y sencillez descubren nuestros egoísmos, nuestras falsas certezas,
nuestras pretensiones de autosuficiencia, y nos guían a la experiencia de la
cercanía y la ternura de Dios para recibir en nuestra vida su amor, la
misericordia del Padre que, con discreción y paciente confianza cuida de
nosotros. “Quiero una iglesia pobre para los pobres”. Un proyecto que nos
invita a la solidaridad con el que sufre y a colaborar en la restauración de la
dignidad de quien no se siente persona por su pobreza espiritual y material. Cuál
es nuestro compromiso?
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